
Aprendemos muchas cosas valiosas de nuestros amores pasados, como comportarnos, que cosas decir y cuando quedarse callado; a no hacer daño, a no mentir, a no utilizar mal las palabras, en conclusión: maduramos.
Nunca ha sido fácil para nadie salir de una relación, mas cuando entorno a esa se crearon muchas expectativas y visiones a futuro, cuando amamos, pero de verdad, pese al tiempo que pase, aún sientes ese intenso sentimiento dentro de tu corazón, que al mencionar “Amor” la relacionas al tiro con la cara de aquella persona que pese a que los años pasan no puedes sacarlo de ti, y aun guardas su recuerdo muy adentro, esperando que algún día sus caminos vuelvan a juntarse.
Durante este periodo he escuchado de amigos y gente cercana muchas penas de amor, cada una con la suya, su historia de años, o meses, gente que se les rompen el corazón, o algunos que se arrepienten de haberlas cagado. Gente que se creó esperanzas y que luego las vio desechadas en algún rincón de una serie de palabras que se esfumaron en el aire. Es increíble como puede afectar a un ser humano el ver sus emociones dañadas. Las heridas que puede dejar un amor son heavys, incluso quedarte estancado por días o meses o años, y ver como pasa la vida frente a sus ojos y no poder volver a subirse en ella. (que poético me salió todo eso)
He escuchado muchas veces decir “Te Amo”, pero una vez sentí que me lo dijieron de verdad.
Pasará que creemos amar por enamoramiento, ya que enamorarnos puede pasar muchas veces, pero cuando pasa este “enamoramiento” y nos desencantamos de la persona, el amor se acaba. En cambio cuando amamos de verdad ese sentimiento sigue para siempre viviendo dentro de ti.
Luego de esa relación donde viviste el verdadero amor te planteas la pregunta si realmente seremos capaces de volver a amar, y nos pasamos la vida buscando a ese alguien que nos haga sentir lo mismo cuando realmente estamos buscando al viejo amor pero en otras personas.