Lección de vida

El andar con alguien menor que uno tiene sus ventajas, la pasas bien, tienes más sexo, te preocupas de menos cosas, en algunos casos no tienes la necesidad de ser tan maduro, y las dediciones son rápidas y casi siempre uno termina decidiendo lo que se hará. En una palabra: Cómodo. Claro, eso es al comienzo, luego la poca madurez del menor termina colapsando al mayor.

Creo que no hay nada peor que andar de niñero por la vida, menos cuando tienes 23 años, y lo digo por experiencia propia, me carga las situaciones en que pese a que tu novio sea de la misma edad tuya o un poco menor tengas que andar sacándolo a pasear, así como si fueras el papá.

No tengo ningún prejuicio de andar con gente mas chica que yo, al contrario, me gusta, pero creo que hay que saber buscar, como en todo tipo de relación: "tenemos que saber elegir al indicado", y no tomar al primer x que aparezca como si el mundo se fuera a acabar. - es algo que he aprendido, si, si, cometemos errores, pero somos humanos ¿no? – Si bien no hay muchas partes donde conocer gente espontáneamente (gay), la gran mayoría nos limitamos a las discotheques, y todos saben que de ahí una vez a las mil sacamos algo bueno que pueda durar o tenga una proyección de más de 3 horas.

No había pasado mucho tiempo de mi última relación dónde me había jurado no estar con nadie más durante un buen tiempo y lo conocí, era interesante y medio indiferente, no suelo jotiar a las personas que me gustan y este no era la excepción, normalmente cuando me siento atraído por alguien doy menos pistas que al final pareciera que no me interesan y se van, he tratado de limar eso, pero creo que es parte de mi personalidad… en fin, deje que todo se diera por casualidad, y bueno se dio.

La relación comenzó rápido así como mismo terminó. Partimos saliendo y todo bien, los temas eran medios básicos, lo que me chocaba un poco, no es que yo buscara hablar de política, efemérides de la historia universal o de libros y autores, pero nos salíamos del tema “anime” y PS2 (PlayStation 2), que le apasionaban, y sentía que hablaba solo, si, realmente solo, yo de animación japonesa se bien poco, nunca me atrapó Pokemon o Naruto, me quedé en los clásicos como Candy Candy, Heidi o Robotech y Sailor Moon, en fin, mis conocimientos básicos me hacían sentir un verdadero ignorante. – Ni hablar de PS2, tengo uno, pero mis juegos son bien ñoños, del nivel de Eragon, Harry Potter, Mortal Kombat, y un emulador de Nintendo y Super, que contiene Mario Bros, PacMan, entre otros; juegos que estaban muy por debajo de lo que alguna vez el podría haber jugado, y claro me sentía peor al no cachar nada. Ya mal porque no teníamos ningún tema en común. Mi fuerte son las películas, edición de videos, webs y la música, yo creo que él también se sentía así, claro que yo evitaba hablar de algo que sabría que no me pescaría, en cambio yo si ponía oreja, digamos para aprender.

No se si se trata de un asunto de la edad o yo terminé muy temprano los estudios y entré rápido al mundo laboral. No tenía mucho tiempo para él y él tenía mucho tiempo para mi, claramente no congeniábamos lo que llevó a un premeditado término. Preferí salir arrancando. No podía sostener algo que no estábamos ni construyendo.

Creo que las relaciones tienen que ser equitativas, tenemos que aprender a escuchar, sólo si el otro está dispuesto a hacerlo también, puede ser mayor o menor que uno, pero con la mínima madurez para sobrellevar una relación y lograr ese feedback que con un poco de esfuerzo es fácil de lograr.