
No sé si se los había contado, pero yo cantaba en la clase de música. Tú me colocabas una pauta musical y yo hacía un do-re-si en voz grave, siempre envidiando la voz de las niñas de los colegios de monjas que cantaban en sus tonos de sopranos.Esta es otra historia de colegio tal vez, pero también es otra historia sobre maricones, sobre guettos y amores adolescentes.
En la orquesta del colegio, en ese ambiente artístico, opuesto a esos hombres sudados que jugaban en las cancha, yo en este ambiente conocí a Felipe.Me lo presentó mi primer amor.
En su aspecto no tenía ninguna gracia. Lo interesante era que tocaba el piano, que había estado hospitalizado en una clínica psiquiatrica y que inventó que se enamoraba de una chica soprano, sólo para negar que en realidad quería follar el culo peludo de mi primer amor, ése que no me daba besos porque pensaba que besarme era demasiado. Y aquí me tienes, gracias a este adolescente suceso tengo un argumento más para justificar por qué estuve soltero tanto tiempo: porque me hicieron sufrir, me hicieron dudar del amor. Sí, prefiero decir que soy una víctima del amor, aunque en realidad soy una adicta de lo rosa.Lo otro interesante era que el pianista era feo, es decir tenía un estómago abultado, una columna chueca, dientes que combatían por tener protagonismo en su mandíbula y tenía una nariz caída. Además de tener la piel grasa mientras usaba esa vestimenta de escolar.Por algún motivo me enredé con él, sólo como un Sancho, como un acompañante o chaperón. Yo era a quién contaba cuanto deseaba a mi primer amor, ése que yo sabía me seguía gustando. Yo era a quién usaba para no sentirse sólo mientras conquistaba a mi primer amor, a la chica soprano y porque se podía reír del mariconcito de 16 años que escuchaba Spice Girls.
Lo interesante es que yo también me enamoré de este despreciable tipo grasiento. Creo que porque aún no pasaba lo que me pasa ahora cuando me gusta alguien. Eso de imaginarse cómo sería el sexo con esta persona, qué le lamerías, qué actitud tendrías en la cama; si acaso lo atas, si hay tanta confianza como para lamer dentro de sus orejas.De todas formas soy un tipo flexible.
A veces hace bien ser tu propio terapeuta, por eso creo que yo me enamoré de su deseo, de las ganas que le tenía a mi primer amor y que yo no me atrevía a manifestar. Sufrí mucho cuando los vi besarse en ese café gay, donde los meseros están en ropa interior, mostrando sus peludas piernas, sus penes envueltos en la tela negra y mostrando algunos dejos de estrías, mientras te sirven un jugo de frutilla.
Farinelli se llama el local. Aún existe. No voy desde esa vez. Farinelli era un castrati, esos niños a quienes les cortaban los testículos para que cantarán como minas en la época en que las mujeres no podían aparecer en los espectáculos.
Yo también cantaba. Y lo dejé. Ahora prefiero cantar el karaoke de alguna canción de Britney Spears con algunos tragos en mi cuerpo. También canto en la radio. También canto cuando gimo en notas y exclamaciones de dolor cuando me están penetrando. O cuando uno lo mete sin lubricante. Me gusta cantar en las canciones del Feliz Cumpleaños en inglés, a lo monroe. También a veces demuestro que sé alemán cantando algunas partes de la novena sinfonía de Beethoveen.
Felipe se llamaba el pianista, que me gustaba porque era más atrevido que yo. Porque le decía maricón a mi primer amor aunque este se enojara. Porque lo invitó a tomar café y lo terminó besando, cosa que yo nunca hice. Y qué me importa un beso. Porque le toco sus manos, románticamente, patéticamente. Lo tocó con esas mismas manos que masajeaban las teclas del piano y que luego todos los profesores y autoridades educacionales aplaudían. Porque pocos te tocan el piano a los 17 siendo de colegio púbico.
El punto es que este tipo era despreciablemente desubicado en el amor.Recuerdo que una amiga que estudiaba artes me regaló a mí y a él una polera con un dibujo de un pene animado. Felipe no le habló nunca más.
Felipe vivía lejos, en provincia.
A su mamá no le gustaba que le gustaran los niños.
Era facho.
Yo nunca le dije que me gustaba.
Quizás se lo dije después que lo sentí.
Siempre lo hago así.
Nunca más lo vi, hablé, posteé y amé.
2 comments:
UFFFF
HERMANITO, HAY HERMANITO, TÚ Y TUS HISTORIAS, ME GUSTÓ QUE VOLVIERAS A ESCRIBIR EN TU PÁGINA, LO QUE TU QUIERAS, SABES UNA VEZ OÍ DECIR A VICENTE QUE INTERNET ERA EL ESPACIO EN DONDE EL SIGNIFICADO DEMOCRACIA ERA REAL, ALGO ASÍ DIJO.
NO ME HABIAS CONTADO QUE SE ENCONTRARÓN EN UNA FIESTA, JAJAJJAJAJAJAJ, TED TE AMO MUCHO Y TAMBIÉN QUIERO QUE TE DIVIERTAS, QUE SALGAS Y LO MÁS IMPORTANTE QUE TE DES OPORTUNIDAD DE CONOCER A OTRAS PERSONAS Y POR AHÍ ENCUENTRAS A TU PERSONA ESPECIAL, SÉ QUE ESTAS CON ALGUIEN EN ESTOS MOMENTOS, PERO DISCULPA QUE SEA TAN DIRECTA, PERO CERO ENTUSIASMO CON ÉL.
YAP VOY A SEGUIR TRABAJANDO, FUÉ LINDO ABRIR TU BLOG Y PODER LEER UNA HISTORIA COMO ESTA EN TU BLOG, JAJAJAJAJAJAJAJAJA, ESE GIRO ME GUSTÓ.
MUCHOS BESOS. TU HERMANITA.
Hola
Y gracias poracerkarte a mi blog, espero ke te gusten mis historias, aunke un poko lakónikas podrías decir o pensar, pero se agradece la intención. Supongo ke mi nombre lo konoces ( felipe) La pregunta era algo muy simple : ¿ por ké publikas tan poko? eso era, pero más bien kreo era pa generar un nexo kon alguien ke posteaba en el mismo lugarke yo, sólo eso
Se despide
Felipe Eyzaguirre
Pd, espero tus komentarios y kon respekto al pianista:
¿Es tan importante su expresión fenotípika, aunke kreo más te molestaba su parte espiritual?
Saludos
Post a Comment